Fernando Velasco, por Enrique Ayala Mora

Omar Arregui, La Compañía, Quito - Quitomas
Hace tres décadas, antes de cumplir 30 años, Fernando Velasco Abad era ya uno de los economistas más notables del Ecuador, brillante profesor universitario, autor de varios textos fundamentales sobre el país, lúcido renovador de las Ciencias Sociales y activo promotor de la organización campesino indígena. Por años se había dedicado al trabajo de promoción agraria, llegando a ser asesor principal de la emergente Federación Nacional de Organizaciones Campesinas, Fenoc. Al mismo tiempo, fue uno de los promotores del Frente Unitario de los Trabajadores, FUT.

Era un hombre sencillo, alegre y jovial. Nacido en una familia de destacados maestros laicos, había hecho una carrera estudiantil meteórica. Se graduó de bachiller a los 16 años y de economista a los 20 en la Universidad Católica del Ecuador. En cuestión de meses era ya profesor de esa casa de estudios y también de la Central. Su tesis, que debió esperar años para ser publicada, fue leída por muchos y marcó una nueva etapa de los estudios económicos e históricos. Otros trabajos, sobre cuestiones campesinas y economía internacional, tuvieron mucha influencia nacional y traspasaron nuestras fronteras.

La elevación de la conciencia de los campesinos y sus demandas por reforma agraria habían impulsado el robustecimiento de su organización nacional. Al mismo tiempo que crecía la Fenoc avanzaba también en ella, como en otros organizaciones, un proceso de avance de una definición política por el socialismo. Fue así como se transformó en un referente de la lucha social en el país.

En todo este proceso Fernando Velasco fue un referente. Con una concepción moderna de la organización, privilegió el trabajo de formación. En este empeño se lo encontraba dando cursos y seminarios en muchos lugares del país. El 9 de septiembre de 1978, en medio de un viaje de trabajo con dirigentes de la Fenoc, perdió la vida en un fatal accidente de tránsito.

A los 30 años de su muerte, muchos de mi generación recuerdan a Fernando Velasco como el ‘Conejo’, la forma coloquial en que lo tratábamos. Muchos jóvenes no han oído hablar de él, ni saben que una editora se llama El Conejo justamente por él. A lo mejor son admiradores de Juan Fernando Velasco, pero no saben que es su hijo. Pero su huella sigue presente en los estudios sociales y la organización popular. La Fenoc, que ahora se llama Fenocin, en el cuadragésimo aniversario de su fundación, honró su memoria y le puso su nombre a su décimo congreso nacional reunido en Portoviejo.

El flamante sucesor de Pedro de la Cruz en la presidencia de la Fenocin, Luis Andrango, al asumir su cargo, planteó el compromiso de mantener o profundizar el compromiso de la organización con la lucha por el socialismo. Ese será, ciertamente, el mejor homenaje a la memoria del ‘Conejo’ Velasco.



* Enrique Ayala Mora, Rector de la Universidad Andina Simón Bolívar (UASB), Quito. Publicado en El Comercio, Quito, 9/12/2008

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